Ayer volví a Totoras para comenzar mi quinto año consecutivo coordinando el Taller de Escritura Municipal.
Se sumaron un par de chicas nuevas al grupo que ya viene participando desde hace un tiempo, algunas de ellas desde el comienzo.
Está bueno que vuelvan a ser todas mujeres. Se produce cierta alquimia, cierta energía que se corta un poco cuando el grupo es mixto. Se dan diferentes niveles de trabajo.
Me hace tanto bien ir para allá, preparar las clases, ver qué pasa con esas producciones.
Y el viaje de una hora y cuarto me llena de otro paisaje que necesito, y que me gusta mucho.
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